El dolor es una experiencia sensorial (objetiva) y emocional (subjetiva), generalmente desagradable, que pueden experimentar todos aquellos seres vivos que disponen de un sistema nervioso.
Siempre que veo una pelea de boxeo me pregunto muchas cosas. La cuestionante que más me asalta a la mente, siempre que consumo tales dósis de violencia arbitrada, se me hace inexplicable. Sale el boxeador y golpea, recibe golpes, y golpea... recibe golpes... y vuelve a golpear, pero, ?sentirá dolor? y si siente dolor, ?cómo es que sigue golpeando? ?cómo es que sigue de pie, y golpeando a la vez? ?Cómo le hace? ?Qué pasa por su mente en ese momento? Cómo respira? Cómo define los golpes que vienen hacia él?
No importa lo que sea, pero seguro están adiestrados. Están preparados para esto. Crecieron y comieron boxeo. Una persona no piensa, a los 25 años ser boxeador. Lo piensa desde antes. Lo analiza y se prepara para el dolor. Se prepara para resistir. Para aguantar la respiración. para soportar, y lo que es mejor, para defenderse y contraatacar. Para marcar territorio y mantenerse en pie. El momento en el que cae, el momento en el que decide caer en el ring, es por su voluntad. No porque lo hayan vencido, no porque se deje derrotar. Sino porque ha querido.
Un boxeador, durante su preparación para la pelea, cuenta con mucha gente a su alrededor. Entrenadores, dietistas, familiares, equipo... hasta contables que miden lo que gastará y lo que ganará. Gente que vivirá cada golpe y cada paso en una batalla que durara apróximadamente una hora.
Pocos humanos están hechos para el dolor. Muchos se esconden bajo el humo de un cigarro. Detrás de una computadora. Debajo de las letras. Acampan en las afueras de la ciudad y se bañan en los ríos. Se montan en aviones, se matriculan en universidades, se meten a Jenny Craig y se hacen adictos al porno.
Muchos no saben.
Muchos no sabemos.
Lo básico en esto, lo más importante para crear resistencia al dolor, es empezar aguantando la respiración. Si empiezas por ahí, tienes los guantes ya de tu lado. Luego piensas en mantenerte en pie, en solo mantenerte de pie. Ya después es cuestión de imaginar que estás acabando, que ya queda poco por llegar... Que ya no falta mucho...
Y por último, recordad que cuando el boxeador se sube al ring. Se sube solo.
Tomando en cuenta este último dato, aprendiéndotelo de memoria, ganaste la pelea.
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