Siempre me ha gustado el pan. Desde pequeña, pellizcarlo, olerlo y
esperarlo era un motivo para liberarme del desasosiego que me producía
la escuela (estar en ella, esperar a mami, bregar con la clase de
matemáticas, tratar de mantenerme peinada y tratar de no sudarme para
oler bien). Mami nos buscaba a la salida y de vuelta a casa, paraba en
El Galeón y compraba media libra de pan de agua. De este solía rascar
la miga porque la corteza, nada que ver. A mami le encantaba porque
decía que duraba más. Yo prefería el sobao. El sobao era suave y dulce,
se derretía en la boca. Este sí que no duraba, mientras esperábamos el
semáforo en la esquina para subir la cuesta que nos conducía a casa,
eramos capaz de comerlo entero a mordiscasos y a pellizacasos , como
dije al principio.
Siempre recuerdo este suceso pues lo repetíamos con consonancia. Aquí en España no es lo mismo. Por lo menos no para mi. Solo venden el pan de agua. Duro por fuera, muy poco suave por dentro. Suelen comerlo con cada comida. Rara vez lo comen solo. No le echan mantequilla, raras veces ajo. No me ha quedado más remedio que comermelo así. Duro como mesa, lo humedezco con aceite de oliva... pero no. Algo no me convence, algo no me enamora. Y este si que dura menos, a penas lo uso, suelo tirarlo... ni pena me da, nadie es capaz de comerse un pan así... tan hecho con poco amor, tan vendido sin querencia, sin importancia... Los amontonan y lo vende cualquier chino en cualquier esquina. Esto no puede ser... los humanos no somos máquinas.
Nada como el pan sobao. Aunque se acabe.
Siempre recuerdo este suceso pues lo repetíamos con consonancia. Aquí en España no es lo mismo. Por lo menos no para mi. Solo venden el pan de agua. Duro por fuera, muy poco suave por dentro. Suelen comerlo con cada comida. Rara vez lo comen solo. No le echan mantequilla, raras veces ajo. No me ha quedado más remedio que comermelo así. Duro como mesa, lo humedezco con aceite de oliva... pero no. Algo no me convence, algo no me enamora. Y este si que dura menos, a penas lo uso, suelo tirarlo... ni pena me da, nadie es capaz de comerse un pan así... tan hecho con poco amor, tan vendido sin querencia, sin importancia... Los amontonan y lo vende cualquier chino en cualquier esquina. Esto no puede ser... los humanos no somos máquinas.
Nada como el pan sobao. Aunque se acabe.
Viva el pan sobao!
Posted by: Leiapr | 03/05/2010 at 11:24 AM